La especie de café que más se cultiva en el mundo es el
Coffea arábica L. Esta especie se ha encontrado creciendo en estado espontáneo
en las altas mesetas etíopes en la región del Lago Tana. Existen además, otras especies comerciales
de café cuyo descubrimiento es más reciente y que han sido observadas en estado
salvaje en varios puntos del África Tropical. Estas son:
1. Coffea canephora - Lago Victoria, Angola hasta la Cuenca
del Congo
2. Coffea liberica
- Sierra Leona, Costa de Marfil
Ciertamente el descubrimiento del café como bebida, medicina
o alimento resultó en el cultivo de éste tanto en Arabia como en Abisinia. No obstante, su cultivo se estacionó en
aquella región durante los siglos XV y XVI.
Esto se debió al gran celo que los árabes demostraron que su recién
descubierta industria la cual había resultado lucrativa. Los árabes exportaban su café primero a
Siria, a Persia (Irak), Turquía y luego a Europa.
Los árabes obstaculizaron y previnieron por bastante tiempo
la introducción, propagación, cultivo y uso del café en otros países. Para ello hervían en agua las semillas para
que éstas perdieran su viabilidad evitando su diseminación. Resultaba difícil poder mantener ese control
debido a los miles de peregrinos que venían a la Meca año tras año. Esto pudiera dar crédito a la versión de que
la introducción del café a la India fue realizada por Baba Budan, un peregrino
musulmán allá para alrededor del año XVII.
Se extendió a Ceylan (Sri Lanka) luego a las islas de archipiélago de la Sonda (Indonesia). La mayoría eran posesiones holandesas en esa
época.
A fines del siglo XVI botánicos y viajeros alemanes,
holandeses e italianos comenzaron a enterarse sobre el uso de la bebida y del
cultivo de la planta del café.
Probablemente para el año 1616 un mercader holandés trajo de la Región
de Mocha una planta de café de la cual se enviaron sus descendientes a Ceilán,
debido al fracaso de su cultivo en este país.
Intentos realizados en Francia habían corrido la misma suerte.
En el 1690, Holanda determinó sembrar la planta en su
colonia de Java misión que realizó Nicolás Witsen, gobernador de las Indias
Occidentales Holandesas, a través de Van Ommen, gobernador de Betania. El ensayo fue exitoso en Java y dio lugar al
paso trascendental y decisivo para la expansión del cultivo del café a otras
partes del mundo.
El éxito obtenido en los nuevos plantíos cafetaleros de Java
estimuló a las autoridades de esa colonia a enviar un arbolito a Holanda en el
1710. El cafeto creció y fructificó y de
los descendientes obtenidos en el Jardín Botánico, el Burgomaestre de Amsterdan
le obsequia a Luis XIV, Rey de Francia, una de estas plantas en el año 1713.
El arbolito fue puesto bajo esmerado cuido en el Jardín de
Plantas de París donde se desarrolló y fructificó. De los descendientes de éste los franceses
decidieron introducir la valiosa planta en sus colinas de América. Hicieron varios esfuerzos, pero fracasaron en
sus intentos. No es hasta el 1723 en que
el Capitán Gabriel Mathiew de Clieu logra introducir la planta en Martinica. Este joven oficial naval realizó una real
odisea transportando, cuidando y cultivando el arbolito en esa isla. De ese arbusto proceden casi todos los que se
cultivan en las Antillas.
Al principio se consideró que habían sido los franceses
quienes habían introducido y desarrollado la planta en América. Se comprobó más tarde que en el año 1714 los
holandeses habían enviado a la Guayana Holandesa los primeros cafetos
procedentes de el Jardín Botánico de Amsterdan.
Esto les daba la primacía en la introducción inicial del cafeto en
América.
De la Guayana Holandesa el café se extendió a la Guayana
Francesa y de ahí a Brasil en 1723. De
los cafetales de Martinica se introdujo cafetos a Santo Domingo, Haití y
Guadalupe. A Cuba se trajo de Santo
Domingo y a Puerto Rico nos vino vía Martinica y Santo Domingo alrededor de año
1736.
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